Camino sin justificación alguna. A menudo he pensado que fueron los estímulos geográficos de mi padre los que me hicieron acoger el periplo de la Península Ibérica como un proyecto. Puede que demasiado grande para mi.
Apenas recuerdo alguna frase de una canción de Rosa León, de los primeros setenta, que trataba del amor de dos jóvenes separados por ríos y montañas, por puntos y rayas que habrían de saltarse para el reencuentro.
Miraba hoy el bosque que tenía delante. Pinos, alcornoques, monte bajo de secano. Y pensaba que en los caminos no había separaciones, ni barreras, ni fronteras entre municipios o regiones o países. Ni puntos ni rayas.
Cuando miro hacia delante y puedo recorrer cientos de kilómetros de una misma cosa. Homogénea, rica en huella humana, en trabajo. Es esta Península nuestra.
Ver vídeo del secarral
Para escuchar la canción Punto y Raya: https://youtu.be/BwpEuzikm9Q