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miércoles, 30 de septiembre de 2015

Francia a bajo coste



Conozco a amigos que les gustaría viajar por Francia pero se echan para atrás porque se trata de un destino caro. Es una pena. Se trata de un país precioso y me parece que se puede viajar por allí con bajo coste. Aquí siguen algunas ideas para animarse:
VACACIONES EN FRANCIA CON BAJO COSTE
EL DESTINO:
Prácticamente conozco todas las zonas de Francia, aunque muchas someramente. En general las zonas del sur son más económicas que las del norte. Del mismo modo, el interior es más asequible que las zonas de costa. Eventualmente, las proximidades del Pirineo y de los Alpes son más caras sin ser costa.

El rectángulo central que este mapa propone es la zona más asequible.


  1. LA ÉPOCA:
Esta pequeña guía está planteada para el verano y coincidiendo con las vacaciones escolares españolas: julio, agosto y algo de septiembre (en Francia las clases comienzan el primero de septiembre)
Las tarifas de los alojamientos son sensibles a los distintos momentos del verano. En ocasiones hay hasta 6 precios distintos en una misma temporada alta. El momento álgido, a evitar, es el comprendido entre mediados de julio y mediados de agosto. A partir del 15 de este mes no solo bajan los precios sino, también, la ocupación y se hacen innecesarias las reservas.
  1. EL HORARIO:
En Francia tiene mucha importancia el horario de las actividades del día. No solo porque es muy distinto que en España sino porque, además, hay muy poca flexibilidad y fuera del horario estándar encontraremos desatendidos.
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viernes, 1 de febrero de 2013

Prejuicios


 Las referencias que yo tenía de Vietnam antes de este viaje no eran buenas. Por esa razón ni tan siquiera era un destino consolidado. A lo más una posibilidad incierta y terminal.

Salvo algún testimonio positivo la mayoría de viajeros con los que he hablado de este país en vivo no me han transmitido buenas impresiones. Se han sentido maltratados, al menos en algunas ocasiones, cuando no asaltados, engañados o menospreciados. Mal asunto.

Está también el asunto histórico. Esa contumaz 
victoria de los vietnamitas sobre dos países, Francia y EEUU, a los que yo admiro y cuyas derrotas me han conmovido. Desde Dien Bien Fu en 1954 hasta  la Ofensiva del Tet en 1968. Ni el Viet Minh ni el Viet Cong han sido nunca objeto de mis simpatías.

Así entraba yo en Vietnam hace un par de días: lleno de prejuicios antiguos y actuales.

Menos mal que estoy hecho a llevar bien  mis equivocaciones. Sin duda este es un nuevo caso.

Mis dos días en Hué están siendo una delicia. No solo he encontrado cordialidad en la gente sino, también, mucha simpatía, facilidad para reír, interés y ganas de que un extraño se sienta bien aquí. Además, los vietnamitas dan motivos continuos de sentir una sincera admiración por ellos y su manera de desenvolverse.

Además, está el importante asunto de los bocadillos. ¿Cómo no enterrar los prejuicios al comprobar que aquí los bocadillos son casi tan buenos como los entrepans en Provenza esquina a Cartagena, en Barcelona?

Hoy mientras me hacían un bocadillo camino de la costa he invitado a brazos a un chiquillo que no ha dudado en aceptar mi oferta sonriendo. Se llama Misa. Un vietnamita que no habrá cumplido aún un año. 

Creo que esta gente y yo, definitivamente, hemos hecho las paces.


martes, 18 de diciembre de 2012

Châteaux d'eau

Viajando por Francia, con un territorio en general tan llano, pueden verse los depósitos de agua elevados sobre los tejados de los pueblos. Están por todas partes y son visibles a gran distancia. Siempre me ha llamado la atención su nombre en francés: château d'eau.

En España, por contra, son inusuales. Entre nosotros ha predominado el depósito de agua situado sobre el terreno, normalmente en una loma o en un punto elevado.

En ambos casos, son muy útiles para el suministro de agua y los elevados, además, aumentan la presión que reciben los ciudadanos en sus casas (un bar adicional por cada 10 metros de elevación)

He sabido ahora que los romanos ya los usaban y llegaron a tener construidos más de 200, repartidos por el imperio, en el año 100 a.c.

Pero no es por la historia por lo que me ocupo ahora de los châteaux d'eau. La razón es otra.

Siempre me ha parecido que su presencia en ultramar era una huella más del paso de los franceses por esas tierras y una de las obras predilectas de los entusiastas ingenieros expatriados.


En Camboya, naturalmente, hay châteaux d'eau construidos por los franceses en los tiempos de Indochina. He seguido su rastro por todo el sur y he encontrado en Kampot el más hermoso de todos cuantos he visto en Francia y fuera de ella.

Está en la Estación de montaña de Bokor y además de su notable altura, se elevó sobre un promontorio rocoso muy cerca del hotel Palace.

Los pilares de la torre carecen de escala y no parece que la haya tenido nunca. Pero el hormigón está en buen estado y cubierto de un liquen de color casi rojo.

El depósito parece el vigilante de aquella elevada meseta, aunque hoy tan solo haya  ruinas y baste con guardarlas, si acaso, de la niebla.

Ni siquiera es necesario su servicio de agua, pues no hay una población estable en la zona y el lugar es casi impracticable en la temporada de lluvias.

Pero cada día del año, inexorablemente, la larga sombra protectora del château d'eau de Bokor recorre los matorrales, los caminos y las rocas que lo circundan y dibuja sobre ellos su esbelta silueta.


Para poder ver los variados modelos de châteaux d'eau hay que remitirse al trabajo de los fotográfos alemanes Bernd y Hilla Becher. El acceso directo a las fotos está aquí