sábado, 24 de noviembre de 2012

Antes de la ciudad


 Sihanoukville antes de 1960 ni tan siquiera se llamaba así. Se llamaba Kompong Som.

El Rey Sihanouk en París, 1946
Y tampoco era una ciudad portuaria e industrial. Esta condición es la consecuencia de la voluntad de la Camboya independiente  de disponer de un puerto en aguas profundas y abandonar la dependencia de Vietnam y el tráfico marítimo a través del río Mekong.

La península en la que se asienta la ciudad no solo tiene una profunda y protegida bahía. También hay varias playas de arena clara y fina en el borde de un mar normalmente en calma. Es por esta gracia que la ciudad se hizo turística y atrajo desde mediados de los años 60 a trotamundos occidentales y, más tarde, a turistas de sol, playa y exotismo. Hoy en día lo que más abunda son rusos que viven a 9 horas de vuelo pero a más de 40 grados de diferencia de temperatura.


Este pedazo de Camboya, relativamente periférico y alejado de la capital Phnom Penh, tenía un carácter, antes de que sucedieran tantos cambios, que creo que no ha perdido. Eso sí, hay que buscarlo. 

Tejedoras de redes
Está más allá de las grúas, a unos kilómetros de carretera casi impracticable que no da más servicio que a unos pocos poblados de pescadores justo en la dirección contraria a donde se encuentran las playas.

He dedicado unos cuantos días a explorar estos lugares. Pedalear, mirar, comer, sacar fotos, sudar, oler cada rincón, dejar pasar las horas tórridas. Nada del otro mundo,  pero sin duda se deja mirar tal y como podría ser vista antes de que aparecieran tantos cambios.
Se trata de un mundo sencillo en el que todo lo necesario está a mano: si se descarga de pescado un barco aparecen manos para el trasiego, mensajeros con hielo picado para sepultar con frío a las capturas, mujeres de lonja para la venta de peces a pocos metros del muelle, reparadoras de redes, carpinteros de rivera, talleres para el mantenimiento de los motores marinos. Y así un sinfín de oficios sencillos y con apariencia de ancestrales.

En unos escasos 10 kilómetros hay cuatro poblados. Luego una playa perdida y vacía que no sirve para la pesca. Más allá ya no hay nada, ni siquiera carretera. Se termina el mundo habitado. El mismo que había antes de la ciudad.





Hun Sen Beach