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miércoles, 11 de diciembre de 2013

Al fin abandono Casablanca

Mi travesía del Rif, en solitario, tenía una continuación en el Atlas. Mucho más al sur.

La idea de ir al Atlas sin pensarlo dos veces no es mía. Se la debo a mi hermano Alberto y a su hijo que me tienen por su guía marroquí. En cuanto sintonizaron las montañas del Atlas les faltó tiempo para enrolarme en pedalear juntos por aquella tierra africana. 

La estupenda guía de Jorge Diví "Transatlas. Marruecos en BTT" de la Editorial Desnivel hizo el resto. Abordar aquellas montañas me pareció factible aunque, por seguridad, preferí no llevar al crío a pesar de la ilusión que se que le hacía.

Siguen ahora el relato de aquellas etapas, desde que recuperé mi bici, convertida en viajera ferroviaria, que llegaba a Casablanca desde el norte.

Etapa 1: Safi a Souira


Me ha costado dos días salir de Casablanca a causa del transporte de la bici desde Guercif. Nadie me advirtió que en Casa Voyageurs nadie atiende la recogida de portes en sábado ni domingo. Al fin recogí mi máquina y me subí a un autobús con destino a Safi, a unos 200 km. de Casablanca. Comí carne al descender del bus y me puse en ruta  a pesar de que eran casi las 2 de la tarde. Este día no tenía más objetivo que rebajar los 125 km que hay hasta Esaouira.

Después de una fea zona industrial en permanente agitación asciendo a una hermosa meseta que se mantiene al borde del mar a una cierta altura. 



Cuando llevo tan solo 35 km. y aún queda sol para rato entro en un  pueblo veraniego atestado de la arena que han dejado los temporales invernales. En una jaima al borde la playa pregunto por algún hotel en mi ruta y todos informan negativamente: No lo hay hasta E. Hago como otras veces y pido un café y tomo tiempo y converso y…¿no conocerás a alguien que alquile una habitación? Me llevan a casa de un francés que tiene una preciosa casa y una bonita familia. Por un buen precio tengo una buena habitación, una cena en familia, el lavadero a mi disposición y un abundante desayuno.

Bebo vino blanco para cenar a un buen horario francés y aún tengo tiempo de disfrutar del cielo en un pueblo sin alumbrado público.








Datos:                 Distancia       Tiempo rodando        Velocidad media        Tiempo etapa

Etapa 1
34 Km.
1:58 horas
17,4 km/h
2:20 horas
Acumulado










domingo, 2 de junio de 2013

Driouch a Guercif


Hoy, viernes, es la octava y ultima etapa de mi periplo por el Rif.


 He hecho bien en tomar descanso ayer porque hoy me esperaba la mas larga de las jornadas. No solo son 110 kilómetros por delante. Sino que los últimos 50 no admiten desfallecimientos ni paradas porgue se trata de un desierto inhabitado.

En Ain Zohra con mi madre. 1955
Y como es que me he metido en este paraje perdido? La razón se llama Ain Zohra. Esta es una aldea en altitud a la que mis padres acudían en verano para hacer mas llevaderos los sofocos del calor en la llanura del Kert.

He alcanzado la aldea antes del mediodía y tras almorzar una montana de huevos duros con aceite he buscado, entre las ruinas del viejo cuartel español, alguna casa que se pareciera a la de esta foto que se conserva en casa de mi madre y que, probablemente, recoja la que fue en este remoto lugar mi primera gran vacación veraniega.

Si esta la casa no es posible reconocerla. A cambio de un encuentro frio con las piedras he tenido la hospitalidad de las gentes que habitan las ultimas moradas en pie.  Acepte entrar en la casa y someterme a mil y una preguntas mientras se hacia lentamente el te y la torta.


La ventaja de salir poco después de las siete quedo diluida en aquella curiosa compañía y a la una, lleno de animo, enfilaba el puerto de la jornada para abandonar el Rif. Quedaban 60 kilómetros por delante.

Un puerto seco; desolado y al tiempo tan hermoso que hubiera dejado allí lágrimas si no fuera que llevan sal y la necesitaba. Me detuve rodeado de piedras y cabras batiendo las laderas en busca del pastor. Nos saludamos y seguí mi camino conmovido

Luego todo fue pedaleo incesante y desierto. Agotador.



A las 17,30, once horas después de mi partida de Driouch, llegaba a Guercif, el final de mi etapa rifeña de 620 kilómetros.

Tengo una cita con mi hermano en Marraquech, el 6 de junio, para rodar juntos por el Atlas algunos días. Para ir hasta allí tenia varias opciones y he desechado, creo que con buen sentido, descender de Guercif a través del valle que conduce a Missour, en las laderas del Atlas Medio. Muy largo, empinado y sin ciudades para pernoctar.

A cambio, he decidido descender hasta Casablanca en tren, luego en bus hasta la costa y recorrer el camino de Safi a Esaouira.