Aeroparque. Río de la Plata. |
No
sé a dónde prestar atención en esta ciudad que no me ha oído llegar. Así que
ando mañanero y sigiloso caminando con cuidado por las calles. Voy dejando la
cola rincones que me guiñan al paso pero son tantos que tengo que dejarlos para
otro rato.
Calle Grecia. Núñez. B.A. |
Ayer en mi primera exploración me
contenté con deslumbrarme con los árboles. Enormes y refulgentes.
Te quedas pensando, cuando sus
ramas lo sepultan todo, que estos gigantes deben sentirse felices en esta
ciudad como para haber escalado hacia el cielo. Atentos a ensombrecer las
calles para el verano que se aproxima.
Parece que los porteños se hicieron desde
chicos a que las quimas rozaran sus ventanas haciendo verde brillante la primera
mirada del día. Lo mismo que dejaron de inquietarse cuando en las tempestades las
ramas azotan con furia los cristales.
Plaza San Martín. Retiro. B.A. |