miércoles, 12 de diciembre de 2012

Errores

Los viajes están llenos de días memorables y de aciertos. Algunos tan inesperados que pasa tiempo hasta que consiguen olvidarse. Como fuera, ese caudal de anécdotas positivas es el mejor regalo para nuestra familia y amigos.

En cambio los errores no tienen buena fama. O se olvidan rápidamente o se esconden bajo la alfombra como las pelusas que han sido advertidas a última hora. Y esa actitud es una equivocación, porque una sucesión de errores atravesando Tailandia, pongo por caso, componen una cara de idiota al viajero que no es fácil de olvidar. Merece ser compartida. Incluso compartir los errores mundialmente en este blog, sin verguenza.

DE Koh Kong a Chang Mai
En las últimas 30 horas he viajado de un tirón desde Koh Kong, en el sur de Camboya, hasta Chang Mai, en el norte de Tailandia. Son algo más de 1.100 Km.

Todo iba bien en la frontera y en la furgonet hasta Trat. allí, sin tiempo para coger algo de comida, nos hemos subido a las 11 al bus que salía para Bangkok. Tan solo paró una vez en un local con baño/minisuper en el que no había comida decente. Siempre llevo munición de emergencia pero al paso de las horas esas minucias no matan el hambre.

Cuando el bus estaba a poco más de 20 km. de BKK ya hemos empezado a coger atascos y eso ha hecho que la llegada a Ekamai Station se retrasara a las 17,20. Tarde. Esa hora es la peor del mundo si por desgracia tienes que ir a Hua Lampong Railway Station, como era mi caso. Entonces tienes que coger el autobús 40 y pasar sin remedio por Siam Square. Eso es lo mismo que el caos o, ayer, 80 minutos en un trayecto que habitualmente se hace en unos 35'.

Como consecuencia, mi margen para coger el tren de las 19,35 se fue como el humo del atasco y con el hambre que llevaba tuve que pasar por delante de decenas de humeantes puestos de comida  a la vera de la estación, con sus sopas, sus tortillas y otras delicias tailandesas sin tan siquiera mirarlas.
Me fui de cabeza a la primera taquilla que vi despejada y pedí claramente mi butaca de segunda en vagón de aire acondicionado para el expreso a Chang Mai.

El empleado a todo me dijo que si sonriendo y.......me azotó un billete que costaba 880 bats (unos 22 euros) que, aunque era más caro que lo que ponían mis notas, pagué sin casi rechistar. Con 10 minutos de margen me subí al tren comprobando que el sonriente empleado no había entendido una jota de inglés y me había dado el billete más caro que tenía, por si acaso: litera de abajo en coche de segunda con aire congelado.

El hambre no me dejó disgustarme en condiciones por el error de no haber comprobado que el empleado me entendía y el de no haber revisado el billete. Así que me fui al vagón restaurante y me pedí un menú que, en el prospecto, tenía muy buen aspecto y un razonable precio.  No era así. Ni bueno ni barato, porque el complemento de una simple cerveza duplicaba el precio de aquél raquítico plato de arroz con verduras.

Me fui a dormir como mejor solución para no meter más la pata. Que día!!!

Tengo que escribir 100 veces que estando cansado se cometen más errores que de costumbre.

Debí quedarme ayer noche en Bangkok y haber tomado hoy, descansado, con calma y acierto mi tren a Chang Mai.

Pero, con el nuevo día, ha sido llegar aquí y todo ha empezado a ir sobre ruedas, como el bonito y cómodo hotel rodeado de templos desde cuyo pequeño balcón se ve esto: