He llegado hace unas pocas horas desde Madrid al aeropuerto del Prat, en Barcelona, y justo a esa hora de la noche de San Juan y a bien pocos kilómetros los jóvenes se abalanzaban en busca de las hogueras en la playa. Era aún la madrugada cuando la noche más corta del año se llenó de la tristeza que sigue a los accidentes. Es este verano corto de Europa que incita a apurarlo desde la primera hora. Sea pues el sol quien se cuele por entre nuestros días hasta que la oscuridad y la lluvia vuelvan de su breve asueto.
Los días de familia me sientan bien. Me empeño en cocinar para muchos, visito de nuevo los viejos álbumes familiares, converso largo y tendido con la matriarca, me ocupo de los pequeños arreglos que parecen estar esperándome y desmenuzo como siempre las horas de los días distintos.
El contraste de la agitación de la gente menuda y la calma de mi madre me recolocan con facilidad en esa mitad del viaje en la que me encuentro. Así que, muy oportuno, sonrío hoy al leer a los sesudos pensadores sobre la conveniencia de preparar la jubilación con tiempo para que nada nos sorprenda en exceso.
Carlos Lucas, el actor invisible, protagoniza un documental sobre su vida que dirigido por Santiago Aguilar se estrena estos días en España. La película se llama "De Reparto" . Lucas me llamó la atención hace años en su papel del almohadillero Sansoncito en "Justino, un asesino de la tercera edad" No fui capaz de atender entonces a la trastienda del personaje que escondía a un actor tan humilde como este, criado entre músicos de zarzuela modestos e itinerantes, trabajador en un escalón tan infimo de la interpretación que sus papeles no llegaban a secundarios siquiera.
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viernes, 25 de junio de 2010
martes, 27 de abril de 2010
Truman
Demasiado perfecto. Creo que lo hacen a propósito para impresionarme y lo consiguen.
Estos pasajeros del autobús publico de Bavnagar a Una se turnan como los actores del show de Truman para hacerme compañía. Yo, como es lógico, hago como si no me hubiera dado cuenta de nada.
Algo en esta misteriosa organizacion ha debido de fallar porque el autobús originario, en el que iniciamos el viaje a las 6 de la mañana, se ha quedado aparentemente averiado en Mahuba y nos han obligado a todos a bajar; a los extras y a mi.
Al incorporarnos a otro vehículo, igual de destartalado y que ya venia lleno de otros actores, no había sitio para todos. Eso ha sido un poco mas de una hora dando tumbos en pie y con mochila en el estrecho pasillo de aquel trasto. Que realismo!!
Me supongo que los actores tienen su horario según convenio y las trade unions indias, pero así como a primera hora, hasta las 9 de la mañana, todos los pasajeros eran hombres con atillos o bolsas de plástico entre las manos, a partir de esa hora han desaparecido por completo los de las bolsas y se ha llenado el convoy de mujeres con niños. Eso seguro que es porque los niños sales mas baratos a la productora. También ha subido una representacion de hombres viejos. Estos últimos con el vestuario tradicional me parecieron muy bien caracterizados.
Al llegar a Una, cerca ya de Diu, ya no me cabía ninguna duda:Eran todos actores, porque no quedo nadie de los que emprendieron el viaje conmigo 6 horas y 250 kilómetros antes. Tan solo el revisor.
Creo que este si que era un revisor de verdad.
(Enlace sobre Diu en portugues. Y una imagen.)
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