Documentos de Viaje

domingo, 1 de agosto de 2010

Porto da Barra

Hay algunas cosas que escribí en Brasil, cuando aún no había iniciado este blog, que corren el riesgo de perderse por ahí entre otros muchos trastos. Lo sentiría especialmente por las fotos que tantas veces hacen innecesarias las palabras. Así que como quien se da un respiro en un día de trabajo e imagina lugares tropicales mientras cierra los ojos voy a ir rescatando notas de esos días de 2009 en Salvador de Bahía.... Para la gente de mi familia que ya leyó esto a su tiempo les animo a otro vistazo, esta vez con música.

Hay una marea de gente que abandona la playa cuando ya hace rato que ha anochecido. Se echa encima la hora de volver a casa. La playa de ese nombre, Porto da Barra, deja ver entonces sus tripas al desnudo, su arena desolada bajo un vertedero de latas, botellas, cocos y un bazar entero de despojos que, hasta entonces, han sido camuflados bajo las sombrillas.

Es un asco. Es la arena retorcida, maloliente, sufrida y resistente al mismo ataque cotidiano. No hay duchas ni papeleras, ni en la arena ni en sus inmediaciones. No hay remedio. Siento pena al contemplarlo…..pero, aún hay que quedarse allí un rato. Pacientemente.

Es sabido que no hay nada aquí que no sirva para más de un uso. Un método de reciclaje perfecto y económico que alivia las onerosas cargas de las limpiezas públicas. En efecto, un enjambre de pobres se acerca a la arena como hacen las gaviotas al atardecer en las playas de Europa en busca de los despojos abandonados por los bañistas. Pobres especializados en latas de aluminio, en cocos desventrados, en botellas de plástico y en metales de sombrillas desvencijadas. Los hay con vehículo, es decir carretilla, y los hay con grandes bolsas de plástico que llenan, atan y luego cargan sobre sus hombros o apoyan en una bicicleta.

Estos hombres son ágiles y diligentes. No hay descanso. Las sucesivas pasadas de punta a punta del arenal van despoblándolo de un tipo de basura, como si fueran cedazos singulares y, de ese modo, en menos de una hora no queda nada sobre la arena, tan solo la noche que se abate parsimoniosa sobre algunos los bañistas que no han dejado de entrar y salir en un mar que siempre está a 24 grados.

Sin necesidad de horario de apertura, puede considerarse que la playa ha quedado cerrada. Limpia. Los vendedores ambulantes se han recogido, el tráfico se reduce y solo queda algún transporte público ocasional, las plazas de aparcamiento se quedan vacías, nadie espera ya en las paradas del ómnibus y casi puede oirse llegar el silencio….

Noche y día.

.../...


Regreso a esta playa el domingo a las 7 de la mañana. El sol ya ha salido hace más de una hora y se eleva en el cielo a toda velocidad como tiene por costumbre hacer en este hemisferio. Vengo caminando desde casa, cuesta abajo, en apenas 20 minutos. La luz ya ha hecho su inundación cotidiana y todo parece dispuesto para una inauguración.

Las personas aparecen de una en una como sucede con los que se anticipan previsores a la hora de comienzo de un espectáculo. La playa se puebla de deportistas de todos los palos incluido el yoga, dueños de todas las clases de cuerpos de cualquier edad, mirones, ancianos solos o en conversación animada, indigentes que aún duermen, sirvientes pobres de pobres que hacen los primeros acopios de material en el puesto de venta, transportistas de sombrillas de alquiler, jóvenes que aún no han vuelto a casa y ociosos como yo.

La arena empieza a cubrirse. Es la marea de nuevo que regresa con el día. Como en todas partes, la gente llega llena de pertrechos, provisiones y alegría. Lo van cubriendo todo inexorablemente. Parece que la arena se escondiera de la vista hasta desaparecer por completo.

Son las 8 de la mañana de un domingo de octubre y esto es O Brasil.

Es entonces, cuando recuerdo que una revista española hizo una indagación entre sus lectores sobre cuáles eran las playas más bonitas del mundo. Ganó un arenal nacional que no recuerdo ahora pero si puede saberse que la segunda en las preferencias era Porto da Barra.

Como dicen aquí: Da para ver!!